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DOMINGO XVIII - “C”, Potosí - 31/07/22

Ecle1,2;2,21-23: Vanidad de vanidades, todo es vanidad

Sal 89: Tú has sido nuestro refugio, Señor

Col 3,1-5.9-11: Despójense del hombre viejo y revístanse del nuevo

Lc 12,13-21: Aún en medio de la abundancia, la vida del hombre no está asegurada

En la 1ª lectura, dice Qohelet: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”. San Pablo insiste: “revístanse del hombre nuevo” y el Evangelio: “aún en medio de la abundancia, la vida del hombre no está asegurada”. Es decir: las cosas son relativas, porque no llevaremos nada al muramos. Esta idea es el común denominador de las lecturas. Entonces, ¿qué hemos de hacer en la vida?

1. Si das alegría, te llevarás amor. El señor Franklin, el que inventó el pararrayos, era feo, pero realmente feo. Un día se miró en el espejo y dijo: con esta cara sólo podría ganar un concurso de feos. No me queda otra cosa que reemplazar la fealdad de mi rostro con una inmensa simpatía. Así que practicó mucho hasta dibujar una buena sonrisa en sus labios y, con ella, consiguió como nadie en el mundo muchísimos amigos. Se suele decir: la sonrisa es el lenguaje de Dios. No tengas miedo. Trabaje su rostro.

2. Si tratas bien a las personas, te llevarás su gratitud. Las personas más que racionales somos seres emocionales. Una mujer quiso hacerse tomar una fotografía. El fotógrafo le pidió que sonriera. Ella dijo: ¿acaso soy su novia para sonreírle? Sin que se dé cuenta la fotografió y luego le contó un chiste. La mujer sonrió y en ese momento la fotografió. Luego le mostró ambas fotos. En la primera parecía 20 años más que en la segunda. Seguro que, desde entonces, aquella mujer anda sonriendo hasta a los postes de luz y estará eternamente agradecido con el fotógrafo.

3. Si ayudas sin pedir nada a cambio, te llevarás su admiración. El chiste está en llevarte un corazón enriquecido con un servicio honesto en beneficio de la gente. Hay tantas formas de ayudar. Sólo te llevarás lo que diste. Todo depende de lo que eres como persona. Por eso dice Ling Yu Tang: “Vive como si no fueras a morir nunca, actúa como si fueras a morir mañana”.

Así que: llevemos alegría por donde vayamos, tratemos bien a las personas y ayudémosle desinteresadamente. Así nos revestiremos del hombre nuevo, porque nada llevaremos cuando muramos sino lo que hemos vivido.


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