Is 7,10-14: Dios promete dar un signo con el nacimiento del Emanuel
Sal 23: Señor, ven a salvarnos
Rm 1,1-7: Jesús es Hijo de Dios, según el Espíritu; y de la familia de David, según la carne
Mt 1,18-24: José obedece al ángel y lo llevó consigo a María
En la 1ª lectura Dios promete “dar un signo con el nacimiento de Emmanuel”. En la 2ª, Jesús es presentado como el “Hijo de Dios, según el Espíritu; y de la familia de David, según la carne”. En el Evangelio José “obedece al ángel y lo llevó consigo a María”. La llegada del Hijo de Dios tiene 3 matices:
1. Dios es Emanuel. Dios está con nosotros. La garantía de que Dios está con nosotros es el respeto. Por eso el mandamiento “honra a tu padre y a tu madre para que te vaya bien y tengas larga vida” (Ef 6,2). Dice “maldito el que deshonrare a su padre y a su madre” (Dt 27,18). No todos hemos tenido un padre Charles Ingalls, la mayoría tuvimos un padre parecido a Homero Simpson. Así que, en nombre de tu decencia y tu dignidad, el respeto, ante todo. Es más, el fracaso moral de tu padre se puede convertir en una honra para ti. Por lo tanto, dictaminar sobre tu padre/madre no te corresponde. A tus padres sólo le debes respeto. Entonces Dios estará siempre contigo.
2. Dios protege la vida. ¿Cómo protege Dios la vida? La protege mediante José. El ángel le dice: “José, no temas recibir a María, tu esposa… José hizo lo que el ángel le dijo y lo llevó a María a su casa”. José se convierte en un gran protector de la vida. Si me permites, te doy esta recomendación: “nunca abandones a una mujer gestante, necesita oír tu voz: estoy aquí, a tu lado, no te dejaré, te acompañaré siempre, tengamos a nuestro hijo/a”. Es el mejor mensaje que puedes dar. Así, tú también te convertirás en un gran protector de la vida como José.
3. El H° es colaborador de Dios. ¿Cómo podemos colaborar con Dios? Una vez había un misionero a quien le tocó trabajar con los nativos en las profundidades del monte. Se enfermaron todos, pero había una vacuna en la población del frente. Tenían que cruzar el río, pero creían que en el río había espíritus malignos. Entonces, el misionero tuvo que cruzar el río para que le crean. Y así les colaboró para que todos puedan acceder a la vacuna. José es un hombre que colabora con Dios para que se realice su Proyecto. En este adviento ¿qué has hecho para colaborar con Dios?
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